jueves, 13 de septiembre de 2012

El cuervo

“El cuervo” es una fantasía de misterio que tiene al escritor Edgar Allan Poe como personaje principal. Poe, mejor dicho John Cusack, se convierte aquí en la clave para desentrañar una serie de asesinatos basados en cuentos como La fosa y el péndulo, La barrica de amontillado, La máscara de la muerte roja, entre otros.


El modelo mayor de una historia así pudo haber sido Eco y sus novelas, pero la referencia queda un poco ancha. Aquí estamos más bien en los dominios de un Dan Brown que cambia a los templarios por Poe. Y piensa en “Se7en, pecados capitales” para condimentarlo con el clima de algunas películas de la Hammer y, claro, del propio Roger Corman, aunque sin los delirios visuales ni cromáticos del veterano director de “El entierro prematuro”.

El director de “V de venganza”, James Mc Teigue, ilustra con claridad didáctica dos líneas dramáticas: una de horror y otra de amor. Ambas están entrelazadas por la pesquisa que llevan a cabo el jefe de la policía y el escritor para atrapar a un asesino en serie que es además un lector escrupuloso. En el camino, se van repartiendo los lugares comunes esperables: las escenas con la fosa y el péndulo actuando de la manera en que no lo pudo mostrar Corman; la persecución por las alcantarillas; las secuencias de morgue; las falsas pistas sembradas por el responsable; el inesperado culpable; el baile de disfraces, filmado con desgano y a la carrera, muy por debajo del exaltado frenesí del Corman estilista de “La máscara de la muerte roja”.

Algunos momentos, por aislado, funcionan, porque tienen atmósfera, pero el conjunto deja la impresión de un desarrollo mecánico y aplicado. La secuencia final, en París, es un añadido absurdo.

Ricardo Bedoya

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