domingo, 1 de enero de 2012

Apuntes desde París: Risi, Lubitsch, McQueen, Ramsey

La proyección digital extiende sus dominios en los predios tradicionales de la cinefilia recalcitrante. Veo en la sala Grand Action una espléndida restauración de "Il giovedi", de Dino Risi, que pasa en proyección "numerique". La película es un descubrimiento: realizada en 1963, en el momento de más éxito de la vena grotesca y monstruosa de la "comedia a la italiana", "Il giovedi" es el recorrido picaresco, melancólico, lírico, entrañable, de un padre (Walter Chiari) y su pequeño hijo, al que no ve desde hace cinco años, durante una giornata romana. La elección de Chiari, en vez de Gassman, humaniza al personaje del vividor que trata de impresionar al pequeño, educado por su madre con rigor germánico. Risi acierta en el tono agridulce, el humor implacable, el clima relajado y la calidez que se desprende de la cinta.

El Grand Action exhibe también en digital una copia remasterizada de "La mosca", de Cronenberg.

Veo también "We Need To Talk About Kevin", de Lynne Ramsay, y "Shame", de Steve McQueen. La primera desmonta los sentimientos maternales expuestos a una situación extrema. La película es irregular pero atractiva, llena de ideas visuales aunque por momentos resulte enfática y de intenciones subrayadas, a la manera del filme de tesis. Se sustenta en el "tour de force" de la interpretación virtuosa de Tilda Swinton. "Shame", en cambio, tiene un arranque de gran fuerza, un par de secuencias antológicas (Carey Mulligan cantando "New York, New York" y Fassbender recorriendo en interminable travelling lateral la ciudad) pero un tercio final decepcionante, que expone a la sanción moral a su protagonista, condenado al infierno del sexo patético como consecuencia de su manera extrema de vivir y sentir su masculinidad.



Llego a la estrecha rue Christine donde se encuentra la sala Action Christine y veo una larguísima cola, casi un tumulto. Pienso que me he equivocado de horario y que una vieja película de Lubitsch no puede causar tanta expectativa. Olvido que París es una ciudad cinéfila y que mucha gente quiere ver "So This is Paris", de 1926. En la pequeña pantalla del Action Christine la copia silenciosa de la hiperactiva película del viejo, malicioso y salaz Lubitsch muestra las huellas del tiempo: rayas, imperfecciones. Es celuloide.

Ricardo Bedoya

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