martes, 10 de agosto de 2010

Festival de Lima: Armadillo y Bedevilled


La danesa "Armadillo" muestra a un grupo de jóvenes daneses enviados a Afganistán a luchar contra los talibanes. Para ellos la guerra es un asunto lejano, de seres extraños y distintos a los que no se reconoce con facilidad y que luchan y se dejan matar por quién sabe qué. Es también la actualización y la práctica de acciones vistas en mil películas norteamericanas y la prolongación de varios juegos electrónicos de exterminio.


Sobre el terreno y en la imagen de la película, la guerra se convierte en una suma de efectos sensoriales. Con la cámara puesta sobre el casco de los soldados, filtros que desaturan el color, inestabilidad permanente de los movimientos en el encuadre, movimientos de seguimiento a ras de tierra, primeros planos rugosos que saltan de pronto a planos muy abiertos para mostrar un horizonte en desequilibrio. Se ponen en vitrina los mil recursos y retóricas del documental reconstruido. Un chorro de sensaciones que colman los sentidos así como embotan la escasa sensibilidad de esos muchachos que se tornan cínicos e indolentes ante la muerte. No es por gusto que la película causó incomodidad y hasta escándalo en los círculos oficiales daneses.


La coreana "Bedevilled" (foto) es un verdadero desmadre. Tiene de melodrama familiar, denuncia social, filme criminal, paisajismo al estilo de "Primavera, verano, otono, invierno... primavera", condena al machismo primitivo, cuadro de observación de costumbres y, al final, "gore", pura sangre, abundante y a chorros. La verdad, el segmento "gore" -que causa repulsión a muchos espectadores- es el más entretenido de la película que hasta ese momento salta de un asunto a otro sin ton ni son.


Ricardo Bedoya


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas noches Sr. Bedoya
Quisiera hacer de vuestro conocimiento y de sus lectores en general lo siguiente:
Hoy Martes 10, asistí con mis dos hijos al nuevo local de los multicines UVK Platino Basadre por primera vez. Desde que ingresamos a la playa de estacionamiento no tuvimos un trato adecuado. Al solicitar el boleto que emite el parqueo se nos señaló que la tarifa era de cinco nuevos soles por hora y si nos dirigíamos al cine teníamos que consumir un mínimo de quince nuevos soles en la confitería muy aparte del costo de las entradas que de por sí ya eran elevadas para un día Martes. Mis hijos me pidieron que los llevara a este local por ser supuestamente "lo más exclusivo" de Lima. Nada menos cierto. La sala tres donde se proyectaba la película El origen era muy pequeña. La pantalla también. Las butacas (ergonómicas) eran incómodas y no contaban con regulación alguna además de tener una mesa entremedia con dos agujeros para vasos que resultaban poco recomendables. Lo peor es la calidad de la copia de proyección de la película. Un verdadero escándalo que nadie supo darme razón. Por las instalaciones del predio, por los costos que imponen a los clientes, es lamentable que el producto más importante (la película) sea de calidad dudosa. Doy parte a su prestigioso blog para alertar a aquellos que frecuentamos salas de cine.
Atentamente
Jaime Fernandini

Andrés dijo...

El peor abuso es que sólo te sellen el ticket de estacionamiento si consumes un mínimo de 15 soles en cancha y gaseosas. O sea, eliges entre la enterocolitis o pagar un montón de plata por estacionar ahí.

Andrés Madueño