domingo, 20 de mayo de 2007

Las huellas de los setenta


Usualmente, cuando se hacen listas de las mejores películas de la historia del cine o de ciertos periodos de ella, se toma en cuenta la influencia que ciertos filmes han dejado en años o décadas posteriores a su realización. De ahí que un título como Ciudadano Kane casi siempre aparezca como “la mejor película de la historia” en muchas listas, precisamente por sus revolucionarias técnicas de narración, que prefiguraron en gran medida el llamado “cine de la modernidad”.

Ese criterio no es el que he tomado en cuenta para elaborar mi lista. Ella se basa en un criterio absolutamente subjetivo, porque es, ante todo, una remembranza de aquellas películas, hechas en los años setenta, que dejaron una profunda huella en mi cinefilia; que hicieron de mi relación con el séptimo arte una experiencia absolutamente apasionante.

El orden de mis diez películas favoritas de los años setenta es cronológico:

El Carnicero (Le boucher. Claude Chabrol, 1970)
Muerte en Venecia (Morte a Venezia. Luchino Visconti, 1971)
El discreto encanto de la burguesía (Le charme discret de la bourgeoisie. Luis Buñuel, 1972)
Roma (Federico Fellini, 1972)
El padrino I/II (The godfather. Francis Ford Coppola, 1972 y 1974)
The holy mountain (Alejandro Jodorowsky, 1973)
Traigan la cabeza de Alfredo García (Bring me the head of Alfredo García. Sam Peckinpah, 1974)
Suspiria (Dario Argento, 1977)
¡Apocalipsis ya! (Apocalypse now. Francis Ford Coppola, 1979)
Stalker (Andrei Tarkovsky, 1979)

José Carlos Cabrejo

No hay comentarios: